el Krill, uncrustáceo cuya longitud varía entre los 8 y los 70 mm cuya parte alimenticia (la cola) constituye para el ser humano un complemento alimentario muy valioso. Experimentan hasta 10 mudas antes de alcanzar los 70 mm de longitud máxima
Existen alrededor de 90 especies de este pequeño crustáceo similar al camarón.
El krill vive en el mar abierto y constituye un elemento importante de la cadena trófica. Su abundancia lo convierte en el alimento de numerosas especies animales, entre los que destacan pingüinos, peces, mamíferos y grandes cetáceos, como las ballenas, que consumen hasta 2 toneladas de krill de una vez.
El Krill Antártico es una opción interesante para la alimentación humana por su alto valor biológico y nutricional y como protección a numerosas enfermedades.
Utiliza sus patas plumosas para filtrar las diminutas diatomeas (pequeñas algas ) de las que se alimenta. Suele emitir una luz azul verdosa que probablemente le ayuda a congregarse con otros individuos de su misma especie para desovar. el Krill Posee sustancias indispensables para nuestro organismo. Las vitaminas contenidas en el Krill Antártico son: Vitamina A, B, B2, B3, Acido nicotínico, B5, B6, B9 Acido Fólico, B12, C, D, E, H, Betacaroteno, Astaxantina.
Es un eslabón fundamental en el ecosistema marino antártico y las mayores concentraciones se encuentran en el mar de Scotia, con valores de 15 kg/m3
Se alimenta fundamentalmente con algas (fitoplancton) y por ello es un consumidor de primer orden; es consumido por calamares, focas, peces, petreles, pingüinos y ballenas con barbas (consumidores de segundo orden).
Debido a su enorme importancia como fuente de proteínas, en nuestros días se pesca el krill, sobre todo por parte de las flotas japonesa y polaca. Los trece países miembros del Tratado del Antártico han creado una oficina con base en Australia que dispone de poderes para limitar las capturas.
Definición: Los eufausiáceos (Euphausiacea) son un orden de crustáceos malacostráceos conocidos genéricamente como krill; son parecidos externamente a los camarones, de unos 3 a 5 cm de longitud, muy abundantes en todas las aguas que circundan el Continente Austral. Es alimento fundamental de numerosas especies antárticas, como los misticetos. Una rotura en la cadena alimenticia, de la cual el krill forma parte, podría tener consecuencias catastróficas en términos ecológicos. Es pues, un elemento estratégico en la biología antártica, constituyendo quizá uno de los eslabones más importantes de la red trófica.
Existen unas 90 especies en el mundo, y sólo en el Antártico se estima una biomasa de krill de 500 millones de toneladas; en tal sentido se opina que el krill es el animal más abundante del planeta Tierra, pudiendo tener un cardumen unas 2 millones de toneladas.
El orden Euphausiacea está dividido en dos familias. La familia Bentheuphausiidae contiene sólo una especie, Bentheuphausia amblyops, un tipo de krill batipelágico que vive en aguas profundas hasta los 1000 m. La otra familia, los Euphausiidae, contiene diez géneros distintos, con un total de 85 especies; de entre ellos, el género Euphausia es el más diverso, albergando a 31 especies distintas.
Especies muy estudiadas, dado su interés comercial, incluyen al krill antártico o Euphausia superba, el krill pacífico o E. pacifica y el krill del norte o Meganyctiphanes norvegica.
Los bancos de estos crustáceos suelen tener densidades de 20 kg/m³.
Se alimentan filtrando con sus patas plumosas las diminutas diatomeas del agua. Emiten una luz azul verdosa que, posiblemente les sirve para reunirse en el momento de desovar. Del krill se alimentan peces, aves y, muy especialmente, las ballenas, las cuales pueden consumir dos toneladas de una vez. Según la especie, permanecen en superficie o bajan hasta profundidades de 2 km.
La dramática disminución de las ballenas, que ha colocado a varias especies al borde de la extinción, ha originado teóricamente un excedente en las poblaciones de krill. Sin embargo, este teórico exceso es probablemente ilusorio. Su explotación a gran escala es estudiado con interés por rusos y japoneses.
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